Un recorrido por el imaginario de la luz

LUX – Luz. Del latín: lux, lucis.
Tb. Unidad derivada del “Sistema Internacional de Unidad para la Iluminancia” o nivel de iluminación

La luz en el imaginario cinematográfico

Comisariado por Montse Badia

Comisariado por Montse Badia

Crítica de arte y comisaria de exposiciones

El imaginario cinematográfico refleja la importancia de la luz en la memoria colectiva. La luz es un elemento dotado de fuertes connotaciones simbólicas. En la Grecia clásica, el fuego –en definitiva, la luz– se definió como uno de los cuatro elementos básicos, junto con la tierra, el agua y el aire. La luz simboliza la divinidad en varias religiones, como la cristiana, la musulmana o la budista. Tampoco es casualidad que la Era de la Ilustración o Siglo de las Luces (s. XVIII) se conociera en los distintos países como Siècle des Lumières, Age of Enlightenment o Illuminismo para denominar el viaje que tuvo lugar desde la oscuridad hacia la luz, de las supersticiones hacia una aproximación científica a las cuestiones religiosas, sociales, políticas y económicas, identificando la luz como símbolo del conocimiento y la sabiduría.

La aparición de la luz artificial se vincula no solamente a un proceso técnico, sino a un verdadero cambio social, al revolucionar democráticamente los entornos urbanos y hacerlos independientes de los ciclos de la luz natural. En el siglo XIX, el alumbrado público otorgó a las ciudades una sensación de seguridad y comodidad para sus habitantes, y también la posibilidad de utilizar las horas nocturnas para el transporte y las industrias, así como la aparición de la noción de tiempo libre y de ocio. La electricidad se convirtió en símbolo de investigación, modernidad y vida urbana, y a la vez tuvo su impacto en ciertos procesos industriales y de las comunicaciones. El progreso tecnológico que supuso el nacimiento del cine y la fotografía también va unido de forma indisociable a la aparición de la electricidad y la luz artificial.

Desde siempre, la luz ha jugado un papel esencial en el arte: la luz y sus opuestos, la oscuridad y la sombra, ya sea en su representación, modelando los paisajes (Renacimiento); aportando dramatismo en pintura, escultura y arquitectura (Barroco); dando paso a nuevas técnicas (fotografía, cine), o como herramienta inmaterial de experimentación para los artistas de vanguardia (Constructivismo) y contemporáneos, entre otros.

La luz también define la identidad y el talante de las ciudades, ya sea por exceso, como es el caso de Las Vegas o Hong Kong, o por contención, con los criterios de sostenibilidad de las ciudades que tratan de reducir su contaminación lumínica.

LUX propone explorar el imaginario de la luz a partir de una extensa selección de obras procedentes de las colecciones de la Xarxa de Museus d’Art de Catalunya, un recorrido con banda sonora que nos irá introduciendo en sus distintos apartados.

¡Empezamos!

El fuego nos fascina. Es símbolo de pasión, de destrucción, de purificación, de ira, de poder y de transformación.
En la prehistoria se descubre el fuego y su capacidad para vencer la oscuridad.

En la mitología griega, el fuego pertenece a los dioses hasta el momento en que Prometeo lo robó y se lo entregó a la humanidad.
Este simbolismo sigue en la actualidad y es recordado cada cuatro años durante la celebración de los Juegos Olímpicos.

En Barcelona tenemos un buen ejemplo con la antorcha olímpica diseñada por André Ricard.

André Ricard Sala. Antorcha olímpica, Barcelona’92. Barcelona, 1992. Referencia: MADB 135880. Museu del Disseny-DHub. Fotografía: Estudio Rafael Vargas.

Otros rituales ancestrales en torno al fuego siguen vigentes en la actualidad, como las hogueras de San Juan, que celebran la noche más corta del año. Oriol Maspons lo reflejó en una fotografía para el libro Això també és Barcelona de Josep Maria Espinàs.

Sin título (Fuego de San Juan. Fotografía para el libro «Esto también es Barcelona», de Josep M. Espinàs), hacia 1965. Fotografía. Gelatinobromur sobre plata. Depósito de Oriol Maspons, 2011. © Archivo Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019. Museu Nacional d’Art de Catalunya.

Gordon Matta-Clark retrataba esta fascinación por el fuego en el filme Fire Child (1971), en el que grababa el proceso de hacer una escultura: un pequeño muro de restos, papeles y latas recogidas en la zona del puente de Brooklyn.

Gordon Matta-Clark. Niño de fuego, 1971. Película super 8 mm transferida a vídeo, color, sin sonido, 9 min 47 s. R.2963, Colección MACBA. Consorci MACBA. © Estate of Gordon Matta-Clark, VEGAP, Barcelona. Fotografía: Tony Coll.

Otros artistas contemporáneos incorporan este tema desde otras perspectivas. Es el caso de Cerillas, la escultura pública de Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen ubicada en la Vall d’Hebron, frente al Pabellón de la República, de las cuales el MACBA conserva una maqueta. Así lo explicaba Coosje van Bruggen en 2006: «Solo una cerilla en llamas, como un faro, con el contorno transformándose en una lanza o pluma de fuego, recordando las palabras del Quijote de la Mancha de Cervantes: “Nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza”. Con el paso de los años, la caja de cerillas, como la cinta de borrar de las máquinas de escribir, se ha convertido en un objeto arquetípico a punto de desaparecer, sometido a una perspectiva telescópica que se desplaza del objeto de mano, íntimo y emotivo, al proyecto a gran escala, autónomo y casi abstracto, con una estructura y unas proporciones arquitectónicas.»

Claes Oldenburg – Coosje van Bruggen. Cerillas, 1992. Pintura sobre cartulina, metal y madera, 14,5 x 13,5 x 10 cm. R.0817, Colección MACBA. Depósito del Ayuntamiento de Barcelona. © Claes Oldenburg © Coosje van Bruggen. Fotografía: Gasull.

Fina Miralles realiza una serie de acciones de exploración de las conexiones entre el cuerpo humano y distintas materias, como en la serie de trabajos Relación del cuerpo con elementos naturales en acciones cotidianas (1975) y, más concretamente, en Relaciones. Relación del cuerpo con el fuego. Encender fuego (1975/2020).

Fina Miralles. Relaciones. Relación del cuerpo con el fuego. Encender fuego, 1975/2020. Impresión por chorro de tinta sobre papel. 2 fotografías, 42 x 42 cm c/u. R.5883, Colección MACBA. Consorci MACBA. Donación de la artista. © Fina Miralles.

En el Film colectivo (1974) del Grup de Treball, Francesc Abad contribuye con Experiencias con la luz, en la que, delante y detrás de una vela encendida, el artista va situando lentes cóncavas, convexas, transparentes, translúcidas y opacas.

Grup de Treball. Film colectivo, 1974. Película de 16 mm transferida a vídeo, b/n, sin sonido, 42 min. R.1466, Colección MACBA. Consorci MACBA. Donación Grup de Treball. © Grup de Treball. Fotografía: Rocco Ricci.

Poéticos y analíticos son los dos versos de Joan Brossa:
«Desprendida de calor y luz
producida por la combustión de un cuerpo»

Joan Brossa. Fuego. En: Ollaó!, 1975. 28,7 x 14 cm. Hoja 14 de un juego de galeradas de la edición de 1989 (Barcelona: Alta Fulla). R. A.JBR.00498.108. Colección MACBA. Centro de Estudios y Documentación. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundació Joan Brossa.

El sol, la fuente de luz más potente, era un dios en muchas culturas, y algunos países recogen esta referencia en sus monedas. En el reverso de las monedas cubanas de diez y veinte centavos aparece una estrella de cinco puntas con rayos de luz.

República de Cuba, moneda de 10 *céntimos, 1949. Museo Nacional de Arte de Cataluña; *donación de Arturo Godó, 2018. Dominio público. Dominio público

República de Cuba, moneda de 20 céntimos, 1948. Museo Nacional de Arte de Cataluña; donación de Arturo Godó, 2018. Dominio público.

El sol es también una referencia para medir el tiempo.

Reloj de sol. Europa, principios del siglo XX. MADB 135.0001. Museu del Disseny-DHub. Fotografía: CRBMC_Roser Casas.

En la entrada del Museu de Cerdanyola, Tom Carr instala Sol, con 69 discos de vidrio de color laminados que reproducen la partitura de la composición Ad Libitum de Jesús Acebedo.

TCteamwork: Tom Carr – Lidia Carrera – Xema Vidal. Sol, 2022. Instalación. 69 discos de vidrio de color laminados. Sol reproduce la composición musical Ad Libitum de Jesús Acebedo. Producción: Amics del Museu de Cerdanyola. Museu de Cerdanyola.

La noche, la oscuridad, se asocia con lo desconocido, con el peligro, tal y como nos recuerdan las alegorías del siglo XIX, representando el triunfo del día sobre la noche.

Antoni Caba Casamitjana. El triunfo del Día sobre la Noche precedido de la Aurora, 1882. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Adquisición, 1992; dominio público.

De un modo más naif, el sol y la luna se personifican en este dibujo de Josep Lluís Pellicer.

Josep Lluís Pellicer Fenyé. Viñeta con el sol y la luna, segunda mitad del siglo XIX. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Adquisición de la colección Casellas, 1911; dominio público.

Y también, con una ironía casi brossiana, por Perejaume.

Perejaume. [La luna], s. d. Metal, plástico y papel, 8 x 8 x 0,3 cm. R.4787, Colección MACBA. Consorci MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundació Joan Brossa. © Perejaume, VEGAP, Barcelona.

La inmensidad del mar y el dramatismo de un cielo en el que se refleja la luz de la luna fueron pintados por Antoni Fabrés a finales del siglo XIX.

Antoni Fabrés Costa. Noche de luna sobre mar, sobre el 1880. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Donación de artista, 1925; dominio público.

Una obra que dialoga con los Nocturnos de Mercedes Mangrané.

Mercedes Mangrané. Nocturnos, 2014. Óleo sobre lienzo, 22 x 27 cm. Colección MORERA. Museu d’Art Modern i Contemporani de Lleida. Adquisición, IX Bienal Leandre Cristòfol, 2015.

El atardecer es también momento de reflexión. Modest Urgell pintó paisajes llenos de una melancolía casi nórdica.

Modest Urgell Inglada. Atardecer, hacia 1875-1900. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Aportación de la Diputación de Barcelona, 1906; Dominio público.

Y Joan Miró pintó su música.

Joan Miró. Musique du crépuscule V, 1966. Óleo sobre tela, 19 x 33 cm. FJM 4696. Fundació Joan Miró, Barcelona. © Successió Miró, 2024.

Los artistas de Dau al Set, herederos del Surrealismo, crearon escenas llenas de referencias a mundos mágicos y fantásticos, como los paisajes nocturnos e inquietantes de Tàpies o las escenas fantásticas y perturbadoras de Joan Ponç, el artista nocturno por excelencia.

Antoni Tàpies. (Mixta), 1949. Acuarela, tinta china y pastel sobre papel,
18,8 x 25 cm. R.4680, Colección MACBA. Consorci MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito del Ayuntamiento de Barcelona. © Comissió Tàpies, VEGAP, Barcelona.

Joan Ponç Bonet. Viaje nocturno, núm. 1, 1982. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Legado de Manuel Maria Bosch Puig, 2016. © Joan *Ponç, *VEGAP, Barcelona, año en curso.

Desde hace milenios, la luz y su reverso, la oscuridad, han sido referidas por distintas religiones como un elemento de carácter mítico y arquetípico. Así, el fin último del budismo es alcanzar la iluminación o satori. A partir del siglo I, en la Iglesia católica la luz se transforma en un elemento metafísico vinculado a la verdad infundida por Dios. En el islam, Alá es la luz del cielo y de la tierra. El judaísmo tiene la luz como elemento central de su liturgia. Antorchas, velas, lámparas y candelabros se integran en las ceremonias de las distintas religiones, que a menudo empiezan en cuanto se encienden velas y lámparas.

Candelabro, siglo XV. Hierro. Procedente de Sant Vicenç de Rus (Castellar de n’Hug, el Berguedà). Número de inventario MDCS 640. Museu Diocesà i Comarcal de Solsona.

Desconocido. Lámpara o corona de luz, siglo XII-XIII. Museu d’Art de Girona, núm. reg. 131.558. Fondo de la Diputación de Girona. Fotografía: Rafel Bosch.

Lámpara de aceite, siglo XIX. 23,5 x 9,5 x 9,5 cm. Ref. MFM 14444. Museu Frederic Marès. © Foto: Pep Herrero.

Lámpara del siglo XIX con motivo religioso (ref. 2556). Museu de Granollers.

Las setenta y siete lámparas que Younès Rahmoun incluye en su instalación representan las setenta y siete ramas o caminos de la fe dentro del islam, pero también la dimensión universal de la espiritualidad.

Younès Rahmoun. 77, 2014. Instalación lumínica. Dimensiones variables. R.5248. Colección MACBA. Fundación MACBA. Obra adquirida gracias a la Fundación Banc Sabadell. © Younès Rahmoun.

En sus trabajos con neón, Jordi Benito exploró los lenguajes de la poesía, la matemática y la religión. Su instalación Silla (la silla de dios) muestra una silla suspendida hacia abajo, con una sábana que cae hasta el suelo. En el respaldo se pueden ver escritas, a mano y en neón, unas letras bastante ilegibles en hebreo: “Yod-He-Vav-He (Yahvé)”, que vibran con la luz y el sonido.

Jordi Benito. silla (la silla de dios). Instalación. © Jordi Benito. VEGAP, Museu de Granollers.

El Cristo en Majestad de Sant Climent de Taüll, una de las obras más icónicas del Museu Nacional d’Art de Catalunya, lleva en la mano izquierda un libro con la leyenda “EGO SUM LUX MUNDI”, en referencia al evangelio de San Juan: «Yo soy la luz del mundo, y el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». La luz es el verbo, la palabra que da vida y es el principio de todo.

Maestro de Taüll. Ábside de Sant Climent de Taüll, hacia 1123. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Adquisición de la Junta de Museos en la campaña de 1919-1923; Dominio público

Indirectamente, también encontramos esta referencia en una lámpara conservada en el Museu d’Art Medieval. Se trata de una lámpara de aceite, cuya superficie está decorada con esmaltes que dibujan tallos de lirio de los valles y presentan también el monograma de Cristo, “IHS”, dentro de un círculo llameante.

Lámpara. Primer tercio del siglo XVII. 7,4 x 9,1 x 7,6 cm. © Museu Episcopal de Vic.

La luz, el sol, es también un elemento clave en las custodias, piezas de oro u otros materiales preciosos destinadas a mostrar la hostia sagrada a los fieles, colocada entre dos cristales, dentro del viril que representa al sol, con un rayo de plata y piedras preciosas. Un buen ejemplo es la custodia de Alfons Serrahima que encontramos en el Museu d’Art de Girona.

Alfons Serrahima i Bofill. Custodia, 1951. Museu d’Art de Girona; núm. reg. MDG2713. Fondo del Bisbat de Girona. Fotografía: Rafel Bosch.

Probablemente realizada entre 1700 y 1799, la escultura del Buda Amitayus que se conserva en la Biblioteca Museu Víctor Balaguer nos recuerda a la simbología de la luz dentro del budismo como elemento de transformación y autoconsciencia. La escultura llega a la biblioteca museo a través de Juan Mencarini, destinado como cónsul en Singapur y Hong Kong, el cual viajó a Barcelona como representante de la Isla de Formosa durante la Exposición Universal de 1888.

Buda Amitayus, 1700-1799. Escultura, 65 x 38,5 x 30,5 cm. Referencia BMVB-1283. Biblioteca Museu Víctor Balaguer

En el Museu de Granollers encontramos también la escultura de la diosa Guan Yin, de la época de la dinastía Ming, una figura venerada por el budismo y a la que se relaciona con la compasión.

Figura de la diosa Guan Yin. Dinastía Ming. Escultura, siglo XVIII. Referencia 3091. Museu de Granollers.

El contrapunto del Cristo en Majestad podría ser el pequeño Niño Jesús como foco de luz de la Adoración de los pastores (1773) de Carlo Giuseppe Ratti.

Carlo Giuseppe Ratti. Adoración de los pastores, 1773. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Depósito de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, 1902; ingreso, 1906. Dominio público.

Naturalmente, los santos o la Virgen a menudo aparecen rodeados por este halo de luz que los glorifica, como en el Retablo del Rosario: Asunción de la Virgen de Joan Sanxes Galindo, que se encuentra en el Museu d’Art de Girona.

Joan Sanxes Galindo. Retablo del Rosario: Asunción de la Virgen, 1603. Museu d’Art de Girona; núm. reg. MDG0361-4. Fondo del Bisbat de Girona. Fotografía: Rafel Bosch

En la biblioteca del Museu Nacional, el libro Luz, Nur: la luz en el arte y la ciencia del mundo islámico (2013), de Sabiha Al Khemir, recalca cómo la luz es una metáfora compartida y unificadora en las religiones musulmana, cristiana y judía. El libro incluye manuscritos iluminados con pigmentos dorados y también objetos relacionados con el pensamiento científico, como relojes solares o astrolabios.

Apariciones / proyecciones

Entre lo material y lo inmaterial, entre la fe, la magia, la técnica, la ciencia y el arte, las apariciones/proyecciones implican la posibilidad de amplificar presencias e imágenes, de mezclarlas en el espacio, sin márgenes ni límites.

Josep Benlliure Gil. L’aparició, 1876. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Legado de Camil Fabra, marquès d’Alella, 1902. Dominio público

Pero no todas las proyecciones/apariciones son positivas. En la pintura de Leonardo Alenza El diablo cojuelo. Aparición (1838), esta figura se muestra de una forma entre incómoda y traviesa.

Leonardo Alenza Nieto. El diablo cojuelo. Aparición , 1838. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Adquisición, 1943. Dominio público.

Las proyecciones también pueden simbolizar una situación personal y contextual concreta.

Albert Bayona. Nuit d’été. Proyección para un espacio confinado, , 2010. Videoinstalación monocanal, color, 3 h (bucle). Colección MORERA. Museu d’Art Modern i Contemporani de Lleida. Donación de Albert Bayona, 2013.

O la evidencia de los mecanismos, como es el caso de Enchufeproyectado, de Luis Bisbe, en el que un enchufe recibe una imagen proyectada de sí mismo desde el proyector al que da energía, de modo que la imagen encaja perfectamente sobre el objeto, incluyendo el cable, y se hace casi invisible.

Luis Bisbe. enchufeproyectado, 2001. Diapositiva y proyector de diapositivas, 20 x 25 x 120 cm. Colección MACBA. Dipòsit de l’Ajuntament de Barcelona. © Luis Bisbe, VEGAP, Barcelona

Sombras proyectadas

Los mecanismos y el poder de representación de las sombras proyectadas son también objeto de exploración artística.

Joan Ponç. Sombra luna, 1973. Aguafuerte sobre papel, 71,2 x 82,4 cm. R.1162, Colección MACBA. Depósito de la Generalitat de Catalunya. Col·lecció Nacional d’Art. © Joan Ponç, VEGAP, Barcelona. Fotografía: Tony Coll
Ramon Casas Carbó. Sombras chinescas, hacia 1897. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Adquisición, 1992. Dominio público
Eulàlia Valldosera. Love’s Sweeter than wine. Tres estados en una relación. Serie: “Apariencias” #3, 1993. Instalación lumínica. Dimensiones variables. R.4440, Colección MACBA. Consorci MACBA. Depósito de la artista. © Eulàlia Valldosera, VEGAP, Barcelona.

Tampoco podemos olvidar su poder simbólico y evocador.

Las luces y las sombras proyectadas de los religiosos, sabiamente captadas por el fotógrafo Antoni Campañà, nos acercan a los años treinta, justo antes de que estallara la Guerra Civil, y nos recuerdan el papel interesado de la Iglesia en este conflicto.

Teatro y religión, vitrales y escenografías

El efecto amplificador de la luz de los vitrales ha sido un recurso utilizado por la religión para enfatizar sus aspectos teatrales y escenográficos.

Joan Busquets Jané, Josep Pey Farriol (dibujo de los ángeles y pinturas de las sargas) Vitral del oratorio Cendoya, 1905. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Donación de la família Cendoya, 1973. © El autor o sus herederos

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En el Museu de Cerdanyola encontramos las vidrieras modernistas de la Torre López de Eduard Maria Balcells.

Eduard Maria Balcells. Puerta corredera de la galería de la Torre López, emplazamiento original, Barcelona, ca. 1906. Madera y vitral emplomado con vidrio estirado decorado al ácido, vidrio catedral y vidrio impreso florentine. Depósito Montserrat, Maria Isabel, Carles, Ricard y Blanca Domènech Sagué. Museu de Cerdanyola.

Si los vitrales tienen algo de teatralidad, Auca de la Llum parece una suerte de storyboard compuesto por un total de 87 viñetas conservadas en 3 cuadros. Se acompañan de los pareados escritos por Ramon Albareda y Garriga. El Auca de la Llum es un elemento de referencia en la conformación de un cierto imaginario de la ciudad de Manresa en los primeros años de la segunda mitad del siglo XX. Cada viñeta es un compendio de referencias a datos y personajes históricos, anécdotas y folclore manresano.

Joan Vilanova i Roset. Auca de la Llum, 1953-1959. Tinta sobre papel. MCM11260. Museu de Manresa.

La época de la Ilustración (que en otros idiomas alude directamente a la idea de luz: Lumières, Enlightenment, Illuminismo, Aufklärung) representa un viaje de la oscuridad hacia la luz, de un conocimiento basado en la superstición a una aproximación racional y científica que se aplica tanto a la religión como a los temas relacionados con la sociedad, la política y la economía. La razón es el principal avalador, con autoridad para legitimar los ideales de libertad, progreso, tolerancia, fraternidad, la idea de un gobierno constitucional y la separación entre Iglesia y Estado. El conocimiento es entendido como un instrumento para la liberación, como una salida desde la oscuridad de la cueva de Platón. La luz se convierte en símbolo de conocimiento y sabiduría. La Enciclopedia de Diderot es un claro exponente de este momento. Entre los siglos XVII y XVIII, los filósofos pueden difundir sus ideas desde academias científicas, salones literarios, diccionarios, enciclopedias, libros y panfletos. Es el momento de expansión de la industria del libro y de la popularización de la ciencia. Se produce un estallido en todas las artes (especialmente la música) y de la cultura a partir del énfasis generalizado en la necesidad de aprender y cultivarse.

En los esgrafiados del edificio de la Biblioteca Museu Víctor Balaguer encontramos claras referencias a la masonería, a la que pertenecía Víctor Balaguer. El afán por disipar las tinieblas y la oscuridad mediante las luces de la razón relaciona ambos movimientos.

Uno de los elementos más destacados de la Ilustración es la actividad de la “esfera pública”, un espacio de comunicación en el que aparecen distintos ámbitos de debate más abiertos, así como espacios públicos más accesibles, un intercambio social más intenso y un auge de la cultura impresa.

La artista afgana residente en París Kubra Khademi actualiza la noción de “Enlightenment” (Ilustración). Desde su posición de refugiada política y feminista, pone el foco en sociedades marcadamente patriarcales, también en relación con motivos de la mitología, la historia del arte y la política.

Kubra Khademi. The Enlightenment, 2016. Serigrafía, 30,6 x 21,9 cm. Referencia ME2369. Museu de l’Empordà

En época medieval, el ritmo vital de las personas y las ciudades dependía de la luz natural. En el siglo XIV, las primeras luces públicas (la primera se instaló en Hamburgo) cambian las dinámicas urbanas y se convierten en símbolo de desarrollo.

La luz en el espacio público tiene una función representativa, a la vez que garantiza el orden y la vigilancia, la comodidad para los ciudadanos y también el aprovechamiento de las horas nocturnas para el transporte, las industrias, el tiempo libre y el ocio.

Oriol Maspons, Sin título 1955-56. Fotografía

Oriol Maspons, Sin título 1955-56. Fotografía

Pere Català i Pic, Iluminaciones públicas. Buen gusto, fantasía, deslumbramiento… Fotografía, 1931

Palais de l’electricité, 1900. Fotografía estereoscópica, 8,4 x 17,4 cm. Ref. MFM S-6661. Museu Frederic Marès. © Foto: Pep Herrero.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la electricidad se convierte en símbolo de investigación, modernidad y vida urbana, iluminando tiendas y teatros. Surge una nueva cultura del tiempo libre.

Alfred Sohn-Rethel. Detalle de un teatro de París, 1904. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Adquisición en la «V Exposición Internacional de Bellas Artes e Industrias Artísticas» de Barcelona, 1907; © El autor o sus herederos

Las ciudades crecen en tamaño y altura y aumenta la circulación rodada.

Henri Meunier. [Automobiles Gobron], 1902. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Adquisición de la Colección Plandiura, 1903; Dominio público

Explorando los macanismos

La fotografía y el cine son también la consecuencia de esta innovación tecnológica. Vale la pena detenerse en algunos de los primeros aparatos fotográficos que se encuentran en las colecciones del Museu Marès.

Cámara fotográfica de taller. Segunda mitad del siglo XIX. 129 x 165 x 60 cm. Ref. MFM S-6297. Museu Frederic Marès. © Foto: Pep Herrero

Ernemann Globus. Cámara fotográfica de campaña. Primer cuarto del siglo XX. 136 x 21,5 x 37,5 cm. Ref. MFM S-6441. Museu Frederic Marès. © Foto: Pep Herrero.
Cámara estereoscópica tipo Klapp. 1896- 1921. Ref. MFM S-6355. Museu Frederic Marès. © Foto: Pep Herrero
Linterna mágica. Segunda mitad del siglo XIX. Ref. MFM 20991. Museu Frederic Marès. © Foto: Pep Herrero.

Diapositiva de linterna mágica. Finales del siglo XIX. Ref. MFM S-27429. Museu Frederic Marès. © Foto: Pep Herrero.

Y también en exploraciones más contemporáneas de estos mecanismos.

Artistas y científicos comparten la curiosidad y la capacidad analítica para explorar los mecanismos técnicos y mentales. En el caso de David Lamelas, los monitores se reducen a la proyección de la luz, condición básica del aparato cinematográfico.

David Lamelas. Situación de tiempo, 1967. Emisión de luz vibrátil en 17 televisores. Dimensiones variables. R.3741, Colección MACBA. Consorci MACBA © David Lamelas. Fotografía: Tony Coll

Nocturn 29 de Pere Portabella es una declaración de principios sobre el cine.

Pere Portabella. Nocturn 29, 1968. Película de 35 mm, b/n y color, sonido, 77 min 58 s Realización de Pere Portabella. Producida por Films 59. R.1894, Colección MACBA. Fundación MACBA. Donación de Pere Portabella. © Pere Portabella. © Pere Portabella

João Maria Gusmão & Pedro Paiva. Modulo ocular, 2006. Sistema de cuarto oscuro con mesa de madera, huevos de avestruz, lentes y foco. Dimensiones variables. R.5093, Colección MACBA. Fundación MACBA. Obra adquirida gracias a la Fundació Puig © João Maria Gusmão + Pedro Paiva. Fotografía: Rafael Vargas

Line Describing a Cone, de Anthony McCall, cuestiona todas las convenciones cinematográficas.

Anthony McCall. Línea que describe un cono, 1973. Película de 16 mm, b/n, sin sonido, 31 min y humo, dimensiones variables. R.2488, Colección MACBA. Fundación MACBA. © Anthony McCall. Fotografía: Hank Graber

Dan Graham. Zoom binocular, 1969. Proyección sincronizada adyacente de dos películas super 8 transferidas a 16 mm, color, sin sonido, 1 min 7 s. R.2976, Colección MACBA. Fundación MACBA. © Binocular Zoom by Dan Graham. Todos los derechos reservados. Fotografía: Marian Goodman Gallery.

Exposición internacional de Barcelona (1929)

Alicia de Larrocha (interpretado originariamente por la artista a la edad de 6 años, el 12 de diciembre de 1929, en el Palacio de las Misiones de la Exposición Internacional de B arcelona).

Volvemos a las ciudades, y hay un caso que no podemos dejar de lado: la Exposición Internacional de Barcelona (1929). No resulta anecdótico recordar que poco antes de estallar la I Guerra Mundial se había tomado la decisión de organizar una exposición que iba a llamarse “Exposición Internacional de las Industrias Eléctricas”. La I Guerra Mundial dejó en una situación muy difícil a los países que tenían que participar, lo cual, junto con los numerosos cambios políticos que vivió España, aplazó el evento hasta 1929. Puesto que la electricidad ya no era una novedad, pasó a llamarse “Exposición Internacional de Barcelona”. A pesar de ello, la luz fue uno de los hilos conductores del proyecto urbanístico e ideológico de la exposición, a partir de tres elementos: los rayos de luz del Palau Nacional, la Fuente Mágica (proyectada por Carles Buïgas) y las Columnas de la Luz que flanqueaban la Avenida María Cristina.

En el Museu de Cerdanyola se conservan algunos elementos, como por ejemplo carteles, el sello o la maleta de Carles Buïgas, llena de transparencias con distintas vistas del proyecto: una suerte de catálogo que seguramente utilizaba para mostrar sus proyectos y obtener nuevos encargos.

Luz artificial, progreso, tecnología

La luz artificial sigue definiendo la identidad y el talante de las ciudades y, con ellas, una parte importante de la esfera pública.

Adam Strzelczyk. Koeln at night. Fotografía. Núm. reg.: 6132. Centre de la Imatge Mas Iglesias Reus / Premis Ciutat de Reus de Fotografía - Ayuntamiento de Reus.

Armand Domènech. Cartel Semana de la Luz. Barcelona, 1966. GAGB 8958/14. Museu del Disseny-DHub. Fotografía: La Fotográfica.

Está asociada a la modernidad y a un futuro entre retro y sofisticado, tal y como vemos en algunas fotografías de moda típicas de los años ochenta.

Josep Manuel Ferrater. Luz de neón, Barcelona, 1984. Fotografía. MTIB 4117/13, Museu del Disseny-DHub. Fotografía: Josep Manuel Ferrater.

Pep Àvila. Future Land, Barcelona, 2018. MDB 4053, Museu del Disseny-DHub. Fotografía: Pep Àvila.

En los años cincuenta y sesenta, el desarrollo tecnológico generó más luz y más potencia.

Carles Fontserè Carrió. Panel Contraportada C: Vista nocturna rascacielos Manhattan,, 1955-1968. Museu Nacional d’Art de Catalunya. Donación del artista, 1997. © El autor o sus herederos.

La crisis del petróleo de la década de los setenta va acompañada de un aumento de la sensibilidad hacia los temas de la sostenibilidad en el uso de la luz y de los recursos. Una sensibilidad que ahora mismo vivimos como una urgencia.

Adrian Melis. Momentos que marcaron el mundo III. The East is Red , 2013. Vídeo monocanal, color, sonido, 3 min 36 s. R.5075, Colección MACBA. Fundación MACBA. © Adrian Melis

El desarrollo trae consigo la implementación de nuevas tecnologías de iluminación. La luz puede modificar entornos y percepciones y es un elemento clave en los eventos deportivos y artísticos, así como en las celebraciones nacionales y políticas.

En el contexto de la contemporaneidad líquida definida por Zygmunt Bauman, la intangibilidad de la luz define identidades y dinámicas urbanas, dando lugar a ciudades virtuales y ciudades luz, como Hong Kong, Nueva York o Las Vegas.

Judith Barry. A la sombra de la ciudad… vamp r y, 1985. Proyección de diapositivas y vídeo sobre pantalla de doble cara, color, sonido, proyección continua. Dimensiones variables. R.3640, Colección MACBA. Consorci MACBA. © Judith Barry

Desarrollo tecnológico, consumismo desaforado y conciencia ecológica y de sostenibilidad siguen yendo de la mano. La crisis del petróleo de la década de los setenta llega hasta la actualidad, acompañada en primer lugar de una mayor sensibilidad y, ahora mismo, de una urgencia en cuanto a los temas de sostenibilidad en el uso de la luz y de los recursos.

Nos lo recuerda Allan Sekula.

Allan Sekula. Riesgo de radiación. Serie: «Metano para todos», , 2008. Fotografía cromogénica, 41 x 60 cm. R.4079, Colección MACBA. Fundación MACBA. Colección Fundación Repsol. © The Estate of Allan Sekula. Fotografía: Christopher Grimes Gallery

Ya en los setenta se comentaba que la noción de crecimiento sostenible es un oxímoron. Con sus neones, que reproducen fórmulas matemáticas, Jordi Benito quiere repensar la conflictividad del ser humano en el mundo, releyendo Ideas sobre la complejidad del mundo (1985) de Jorge Wagensberg, donde subraya la incertidumbre del entorno.

Jordi Benito. S/T (Meeting Point), 2008. Instalación. Museu de Granollers

El col·lectiu FRAU. Recerques Visuals parteix de la referència a Benito per aprofundir en la necessitat d’assolir més sostenibilitat.

FRAU. Recerques visuals. I jo! Amb tot el meu cos llençat a aquestes canyes , 2023. Instalación. Museu de Granollers Ref. 12774

Varvara & Mar nos hablan también de la complejidad del mundo actual, de los cambios sociales y del impacto de la era tecnológica.

Varvara & Mar. Data Shop, 2017. Instalación. Museu Abelló

Aunque se repite cíclicamente, la guerra nunca ha sido ni será la solución.

Joan Rabascall. Beso atómico, 1968. Acrílico sobre tela, 162 x 97 cm. R.3219, Colección MACBA. Depósito del Ayuntamiento de Barcelona. © Joan Rabascall, VEGAP, Barcelona. Fotografía: Gasull.

Vicente Gil Franco. Bombardeig (anvers) / Croquis d’un gos (revers), 1937. Museu Nacional d’Art de Catalunya, procedent de l’“Exposició Internacional” de París, 1937; © El autor o sus herederos
Andrés Fernández Cuervo Sierra. Bombardeo, 1937. Museu Nacional d’Art de Catalunya, procedente de la “Exposición Internacional” de París, 1937; © El autor o sus herederos
Josep Sancho Piqué. Horrores de una guerra: “¡Oh bella luz! ... ¡Única y verdadera de Vida perdurable!”, 1939. Dibujo a tinta sobre papel blanco. 24,5 x 32 cm. Referencia: MAMT NIG 1009. Diputació de Tarragona. Museu d'Art Modern. Arxiu Fotogràfic / Alberich Fotògrafs

Kristin Oppenheim pone también ahí el foco, con una versión desnuda del Hey Joe de Jimi Hendrix, un verdadero alegato contra la guerra.

Kristin Oppenheim. Hey Joe, 1996. Focos, altavoces, sistema informático y grabación sonora, 2 min 15 s. Dimensiones variables. R.4281, Colección MACBA. Consorci MACBA. © Kristin Oppenheim.

Los dibujos de Carme Sanglas son una llamada de atención a nuestra desvinculación del entorno.

Carme Sanglas. Chica sacudiendo una sábana, 2009. Tinta sobre papel, 21 x 29,6 cm. R. ME 2563. Museu de l’Empordà. © Carme Sanglas

Fina Miralles nos recuerda también la necesidad de volver a lo esencial.

Fina Miralles. Relaciones. Relación del cuerpo con elementos naturales en acciones cotidianas. Mirar el sol , 1975/2020. Impresión por chorro de tinta sobre papel. Colección MACBA. Consorci MACBA. Donación de la artista © Fina Miralles

Del mismo modo que lo hacía Joan Miró.

Joan Miró. Femme devant le soleil I, 1974. Acrílico sobre tela, 258,5 x 194 cm. R. FJM 4790. Fundació Joan Miró, Barcelona. © Successió Miró, 2024

Sin el sol no sería posible la vida. Es un elemento clave, también en relación con la sostenibilidad futura.

Pedro Torres. House of the Sun, 2020. Materiales diversos. Dimensiones variables. R.6293, Colección MACBA. Depósito de la Generalitat de Catalunya. Col·lecció Nacional d’Art Contemporani. © Pedro Torres

Y acabamos con unas “simples” bombillas que tienen la capacidad de rememorar importantes momentos vitales…

Y, a su vez, sociales y colectivos.

Iván Argote. ¿Quién no jugó a los antepasados alguna vez, a las prehistorias de su carne y su sangre?, 2013. Instalación lumínica, 178 bombillas, cable eléctrico de 10 000 cm. R.5201, Colección MACBA. Consorci MACBA. Depósito particular © Iván Argote. Foto: ADN Galeria